Ofrece a María con amor una corona de rosas cada día

Ofrece a María con amor una corona de rosas cada día

miércoles, 16 de octubre de 2013

Rosarium Virginis Mariae. Carta apostólica de S.S. Juan Pablo II sobre el Rosario

Los invito a leer y meditar esta Carta Apostólica. Desde aquí pueden acceder a ella y descargarla.




CARTA APOSTÓLICA
ROSARIUM VIRGINIS MARIAE 
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II 

AL EPISCOPADO, AL CLERO Y A LOS FIELES
SOBRE EL SANTO ROSARIO

INTRODUCCIÓN

1. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (duc in altum!), para anunciar, más aún, 'proclamar' a Cristo al mundo como Señor y Salvador, «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn14, 6), el «fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización».[1]

El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio.[2] En él resuena la oración de María, su perenneMagnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristianoaprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor.

Juan Pablo II nos enseña a rezar el Santo Rosario


El Rosario, camino de asimilación del misterio

         El Rosario propone la meditación de los misterios de Cristo con un método característico, adecuado para favorecer su asimilación. Se trata del método basado en la repetición. Esto vale ante todo para el Ave Maria, que se repite diez veces en cada misterio. Si consideramos superficialmente esta repetición, se podría pensar que el Rosario es una práctica árida y aburrida. En cambio, se puede hacer otra consideración sobre el Rosario, si se toma como expresión del amor que no se cansa de dirigirse a la persona amada con manifestaciones que, incluso parecidas en su expresión, son siempre nuevas respecto al sentimiento que las inspira.
         En Cristo, Dios ha asumido verdaderamente un «corazón de carne». Cristo no solamente tiene un corazón divino, rico en misericordia y perdón, sino también un corazón humano, capaz de todas las expresiones de afecto. A este respecto, si necesitáramos un testimonio evangélico, no sería difícil encontrarlo en el conmovedor diálogo de Cristo con Pedro después de la Resurrección. «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Tres veces se le hace la pregunta, tres veces Pedro responde: «Señor, tú lo sabes que te quiero» (cf. Jn 21, 15-17). Más allá del sentido específico del pasaje, tan importante para la misión de Pedro, a nadie se le escapa la belleza de esta triple repetición, en la cual la reiterada pregunta y la respuesta se expresan en términos bien conocidos por la experiencia universal del amor humano. Para comprender el Rosario, hace falta entrar en la dinámica psicológica que es propia del amor.
           Una cosa está clara: si la repetición del Ave Maria se dirige directamente a María, el acto de amor, con Ella y por Ella, se dirige a Jesús. La repetición favorece el deseo de una configuración cada vez más plena con Cristo, verdadero 'programa' de la vida cristiana. San Pablo lo ha enunciado con palabras ardientes: «Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia» (Flp 1, 21). Y también: «No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (Ga 2, 20). El Rosario nos ayuda a crecer en esta configuración hasta la meta de la santidad.

¿Qué es el Rosario?

       Para entender qué es el Rosario, debemos remitirnos al momento en que María es saludada por el Arcángel Gabriel: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo" y le es anunciada la misión a la que es llamada por Dios: ser Madre del Salvador y a la que ella responde aún sin comprender: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».


         Aquí contemplamos el primer misterio del Rosario: por la disponibilidad y la fe de María, Jesús se encarna en su seno virgen y da comienzo a su propia misión. 
         A lo largo de la vida y misión de María ella guarda todos estos momentos en su corazón y los medita, los contempla. El Rosario es eso mismo, una contemplación, a través de la repetición del saludo del Ángel y del de su prima Isabel, de la vida de Jesús y de María, comenzando en la Encarnación de Jesús, pasando por su niñez, su vida pública, su Pasión y Muerte y culminando en el misterio de la Resurrección y Ascención de Jesús, la Asunción y Coronación de María como Reina de la Creación. 
         El Rosario es así mismo un motivo e invitación a imitar la vida de Jesús y María y también motivo de esperanza y de fe: sus vidas nos muestran lo que será la vida futura de los que aman a Dios: la Salvación, la Nueva Vida de resucitados en la Eternidad. 

lunes, 14 de octubre de 2013

Consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María 13-10-13


Acto de confianza en María (Oración de Consagración)

Italiano

Beata Maria Vergine di Fatima,
con rinnovata gratitudine per la tua presenza materna
uniamo la nostra voce a quella di tutte le generazioni 
che ti dicono beata.
Celebriamo in te le grandi opere di Dio,
che mai si stanca di chinarsi con misericordia sull’umanità,
afflitta dal male e ferita dal peccato,
per guarirla e per salvarla.
Accogli con benevolenza di Madre
l’atto di affidamento che oggi facciamo con fiducia,
dinanzi a questa tua immagine a noi tanto cara.
Siamo certi che ognuno di noi è prezioso ai tuoi occhi
e che nulla ti è estraneo di tutto ciò che abita nei nostri cuori.
Ci lasciamo raggiungere dal tuo dolcissimo sguardo
e riceviamo la consolante carezza del tuo sorriso.
Custodisci la nostra vita fra le tue braccia:
benedici e rafforza ogni desiderio di bene;
ravviva e alimenta la fede;
sostieni e illumina la speranza;
suscita e anima la carità;
guida tutti noi nel cammino della santità.
Insegnaci il tuo stesso amore di predilezione
per i piccoli e i poveri,
per gli esclusi e i sofferenti,
per i peccatori e gli smarriti di cuore:
raduna tutti sotto la tua protezione 
e tutti consegna al tuo diletto Figlio, il Signore nostro Gesù.
Amen.

Español

Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.

Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.

Acoge con benevolencia de madre
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tú imagen
tan querida por todos nosotros.

Estamos seguros que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.

Proteje nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.

Enséñanos tu mismo amor de predilección 
hacia los pequeños y los pobres,
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.


Amén.

Homilía del Papa en la Santa Misa con ocasión de la Jornada mariana 13-10-13


SANTA MISA PARA LA JORNADA MARIANA 
CON OCASIÓN DEL AÑO DE LA FE
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Plaza de San Pedro - Domingo 13 de octubre de 2013

En el Salmo hemos recitado: “Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas” (Sal 97,1).
Hoy nos encontramos ante una de esas maravillas del Señor: ¡María! Una criatura humilde y débil como nosotros, elegida para ser Madre de Dios, Madre de su Creador.
Precisamente mirando a María a la luz de las lecturas que hemos escuchado, me gustaría reflexionar con ustedes sobre tres puntos: Primero, Dios nos sorprende; segundo, Dios nos pide fidelidad; tercero, Dios es nuestra fuerza.
1. El primero: Dios nos sorprende. La historia de Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, es llamativa: para curarse de la lepra se presenta ante el profeta de Dios, Eliseo, que no practica ritos mágicos, ni le pide cosas extraordinarias, sino únicamente fiarse de Dios y lavarse en el agua del río; y no en uno de los grandes ríos de Damasco, sino en el pequeño Jordán. Es un requerimiento que deja a Naamán perplejo y también sorprendido: ¿qué Dios es este que pide una cosa tan simple? Decide marcharse, pero después da el paso, se baña en el Jordán e inmediatamente queda curado (cf. 2 R 5,1-14). Dios nos sorprende; precisamente en la pobreza, en la debilidad, en la humildad es donde se manifiesta y nos da su amor que nos salva, nos cura, nos da fuerza. Sólo pide que sigamos su palabra y nos fiemos de él.

sábado, 12 de octubre de 2013

Mensaje del Papa Francisco con motivo de la vigilia de oración en el Santuario Romano del Divino Amor

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO 
CON MOTIVO DE LA VIGILIA DE ORACI
ÓN EN EL SANTUARIO ROMANO
DEL DIVINO AMOR

Sábado 12 de octubre de 2013

Queridos hermanos y hermanas

Saludo a todos los peregrinos que están en el Santuario del Divino Amor, y a los que se conectan desde los santuarios marianos de Lourdes, Nazaret, Luján, Vailankanni, Guadalupe, Akita, Nairobi, Benneux, Częstochowa y Marian Valley.
Esta tarde me siento unido a todos ustedes en la recitación del Santo Rosario y en la Adoración Eucarística bajo la mirada de la Virgen María.
La mirada. ¡Qué importante es! ¡Cuántas cosas pueden decirse con una mirada! Afecto, aliento, compasión, amor, pero también reproche, envidia, soberbia, incluso odio. Con frecuencia, la mirada dice más que las palabras, o dice aquello que las palabras no pueden o no se atreven a decir.
¿A quién mira la Virgen María? Nos mira a todos, a cada uno de nosotros. Y, ¿cómo nos mira? Nos mira como Madre, con ternura, con misericordia, con amor. Así ha mirado al hijo Jesús en todos los momentos de su vida, gozosos, luminosos, dolorosos, gloriosos, como contemplamos en los Misterios del Santo Rosario, simplemente con amor.

Catequesis Mariana del Papa Francisco 12-10-13


ORACIÓN MARIANA CON OCASIÓN DEL AÑO DE LA FE
PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Plaza de San Pedro. Sábado 12 de octubre de 2013

Video

Queridos hermanos y hermanas:

En este encuentro del Año de la fe dedicado a María, Madre de Cristo y de la Iglesia, Madre nuestra. Su imagen, traída desde Fátima, nos ayuda a sentir su presencia entre nosotros. Hay una realidad: María siempre nos lleva a Jesús. Es una mujer de fe, una verdadera creyente. Podemos preguntarnos: ¿Cómo es la fe de María?

1. El primer elemento de su fe es éste: La fe de María desata el nudo del pecado (cf. Conc. Ecum. Vat II, Const. dogm., Lumen gentium, 56). ¿Qué significa esto? Los Padres conciliares [del Vaticano II] han tomado una expresión de san Ireneo que dice así: «El nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe, lo desató la Virgen María por su fe» (Adversus Haereses, III, 22, 4).

El Papa consagrará este domingo 13, el mundo al Corazón Inmaculado de María



El Papa consagrará este domingo 13, el mundo al Corazón Inmaculado de María

          La imagen de Nuestra Señora de Fátima que se encuentra en el santuario portugués, vendrá este sábado 12 y domingo 13 a Roma, para la consagración que el santo padre Francisco realizará en la misa del domingo, en el marco de la Jornada Mariana, uno de los grandes eventos pontificios del Año de la Fe y que congregará en Roma a centenas de movimientos e instituciones. La misa será en la plaza y se esperan a unos 200 mil peregrinos.

          La Jornada mariana inicia el sábado con la peregrinación a la tumba del apóstol Pedro, la adoración eucarística y confesiones en algunas iglesias cercanas a la basílica de San Pedro, y por la tarde, a las 17 horas, el papa Francisco y la multitud recibirán a la imagen de la Virgen de Fátima que llega a la plaza de San Pedro.
Tras la catequesis mariana del santo padre, la imagen que representa a la Virgen María cuando se apareció a los tres pastorcitos en Fátima, irá al santuario romano 'del Divino Amore', situado a 15 kilómetros del centro de Roma, lugar hacia donde los fieles romanos suelen peregrinar transitando por la vía Appia.

jueves, 10 de octubre de 2013

El Rosario puede hacer milagros en el mundo.


"Dios me ha enviado a ustedes para que los ayude. Si así lo quieren aferren el Rosario que es el que puede hacer milagros en el mundo y en sus vidas. Los bendigo y permanezco con ustedes hasta que Dios lo quiera. Gracias porque ustedes no traicionarán mi presencia aquí. Gracias porque sus respuestas sirven al bien y a la paz.".
  
(Mensaje dado por nuestra Madre en Medjugorje 
en enero de 1991)

Mensajes de María Reina de la Paz invitando al rezo del Santo Rosario.


"Queridos hijos, los invito hoy a que comiencen a rezar el Rosario con fe viva. De ese modo podré ayudarlos. Ustedes, hijos queridos, desean recibir las gracias pero no oran. No puedo ayudarlos porque ustedes no quieren moverse. Queridos hijos, los invito a que recen el Rosario para que el Rosario sea el deber que cumplan con alegría. Así comprenderán por qué es que estoy tanto tiempo con ustedes. Deseo enseñarles a orar ."

(Mensaje dado por nuestra Madre en Medjugorje 
en junio de 1986)



martes, 8 de octubre de 2013

Tomen sus Rosarios y reunan a sus niños


"Tomen sus Rosarios y reunan a sus niños, a sus familias junto a ustedes. Ese es el camino para llegar a la salvación. Dénle el buen ejemplo a sus niños; dénle el buen ejemplo a aquellos que no creen."

(Mensaje dado por nuestra Madre en Medjugorje 
el día 2 de febrero de 1990)

Recemos el Rosario por la paz del mundo


"Queridos hijos, en este tiempo los llamo a que oren y recen el Rosario. Ofrezcan este Rosario por la Paz."

(Mensaje dado por nuestra Madre en Medjugorje 
el día 14 de agosto de 1991)